Ayer tuve tiempo para mí. Hice muchas cosas. Unas cosas que me apetecían, otras que tenía que hacer y otras que quizá no debería haber hecho. Una de las cosas que quizá no debería haber hecho fue meterle yunohost a la RBP2 para instalarle el módulo de jitsi para tener un servidor autoalojado para hacer reuniones. Le dediqué bastante rato y al final no conseguí lo que quería. Podría decirse que perdí un poco el tiempo aunque de eso saqué un aprendizaje, eso está claro. Además de no conseguirlo tuve que desconectar la Raspberry porque por alguna configuración interfería con la OrangePi y hacía que no se pudiera visitar ni mi blog ni la web del podcast. Así que la Raspberry vuelve al cajón.
También jugué un poco al metal slug 2 en la consola R36S y escuché música con mis auriculares de estudio (no veas como cambia el sonido, en lugar de los de BT de 3€). Estuvo bien tener ese tiempo para mí aunque me hubiera gustado hacer otras cosas como jugar al ordenador, grabar un capítulo del podcast o comenzar alguna serie o película. Pero bueno, me tengo que quedar con la idea de que me da vida tener ese espacio para mí, aunque sea muy de vez en cuando. Habrá que ver si podemos organizarnos para que ambos tengamos ese espacio de manera regular.
Ahora veo tan absurdamente fácil poder montar una web en wordpress autoalojada que pienso que ojalá lo hubiera conocido antes… El reto lo tendré a finales de año si finalmente decido dejar de pagar el hosting de la web de mi mujer para autoalojarlo en casa. Todavía queda mucho y tengo que hacer aprendizajes por el camino.
Echo de menos tener tantas horas para trastear la informática y para poder seguir aprendiendo cosas. Siento que son tantos los intereses que tengo que al final no avanzo en ninguno o avanzo muy poco. Ayer mi mujer me dijo que podía dedicar el tiempo a ponerme con el proyecto del cuentacuentos pero me pareció que no me iba a hacer sentir bien por la cantidad de cosas que tengo que aprender y que no podría terminarlo en 2h. Sin saber cuándo me podría volver a poner a terminarlo me sentiría frustrado. Así que decidí aparcar la idea.
En fin, es necesario poder tener espacios para uno mismo en la locura que está siendo la crianza, si no corremos el riesgo de desdibujarnos y de terminar sin saber quiénes somos y las cosas que nos gustaban.
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