Jueves. Mañana termina la semana y hoy toca otro día completo de trabajo más actividad por la tarde que me tendrá liado hasta las siete y media de la tarde. Llevo casi todo el mes así y la sensación de agotamiento comienza a notarse. No puedo quejarme de cómo ha ido esta noche porque la verdad es que la niña no me ha despertado en toda la noche. Aún así ayer me volví a dormir tarde y estoy durmiendo muy por debajo de ocho horas, incluso menos de siete algunos días de manera repetida.
Sin duda siento que estoy en una época de transición con cambios importantes en la dinámica familiar, mi hija va creciendo y sus necesidades y rutinas cambian. Esos cambios nos arrastran a todos y fuerzan a que las rutinas y dinámicas familiares varíen. Intento ver nuestro día a día como el crecimiento de las raíces… lo van haciendo poco a poco, sorteando las piedras y dirigiéndose hacia los estímulos que les resultan más provechosos. Hace ya tiempo que me doy cuenta de eso e intento ser consciente de que cada dinámica es una etapa y de que dura un tiempo limitado. Después de ese periodo las necesidades cambian y la dinámica también.
Cómo decía llevo algunas semanas con la agenda bastante llena de actividades por las tardes. Algunas de ellas son obligaciones y otras eventos que se supone que nos cuidan y que nos aportan. Pero el caso es que me siento un poco estresado de tener pocas tardes vacías en las que no hacer nada más que estar en casa tranquilo realizando alguna actividad en familia.
Bueno, ya queda bien poco para terminar febrero y se supone que la segunda semana de marzo ya estaremos más liberados y podremos pensar en otras cosas. En fin, poca cosa más… seguimos y caña al jueves.
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